Primera B | Sacachispas F.C

La cuarentena de los dos cameruneses dentro del club

Moustapha Ngae A Bissene (cocinero) y Stephane Nwatsock Abouem (gamer), compatriotas, pasan los días en la pensión. Con una sonrisa dibujada, dieron detalles de su convivencia

Publicada: 14/08/2020 22:56:44

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En el fútbol argentino escasean los jugadores africanos, y Sacachispas tiene a dos: Moustapha Ngae A-Bissene, delantero de 21 años, y Stephane Aoudou Nwatsock Abouem, defensor de 20, que además nacieron en el mismo barrio, llamado Fouda, en Camerún.

En la charla con Solo Ascenso, los compinches comenzaron recordando que en su niñez competían por dinero en el potrero de su querido lugar de origen. “Había pica, pero todo terminaba con una sonrisa, como nos caracteriza”, afirmó Moustapha sobre aquellos momentos en los que parecía lejano poder llegar a vivir tanto tiempo unidos.

Esa utopía es hoy una realidad y desde la llegada de Stephane al Lila, en 2019, comparten la cotidianeidad con una mirada común. “Ambos llegamos por lo mismo: jugar a la pelota y darle una mejor calidad de vida a nuestra familia”, aseguró el zaguero, con la misma certeza que a la hora de imponerse en un cruce.

Además del constante entrenamiento y algunas salidas recreativas, tienen hobbies como cualquier ser humano: el de Abouem es la PlayStation, mientras que Ngae ama cocinar. “Me encanta molestarlo cuando juega a la Play”, bromeó el delantero mientras que su compañero le tiró flores. "Cocina riquísimo. Hace un plato camerunés de porotos que me transporta a mi infancia con mi madre”, dijo añorando esos días.

Los dos son personajes para el deleite, aunque detrás de la simpatía se esconden duras historias de pérdidas familiares y desarraigo. Es por eso que siempre que pueden ayudar lo hacen, como hace poco en las ollas populares realizadas en Villa Soldati. “Tenemos que aportar nuestro granito de arena y me encanta compartir momentos más que nada con niños, porque no tienen maldad”, empatizó Moustapha sobre un lugar que también supo pasar.

En el cierre, contaron la rutina diaria dentro del club que siempre va de la mano de una costumbre argentina, que a Stephane mucho no le atrae: los mates. “Entrenar, limpiar nuestra habitación y hacer algo productivo que nos guste, como ver películas, documentales o leer un libro”, enumeran y concluyen porque, como bien afirmaron, no hay tiempo para perder...

Joaquín Jary

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