Primera Nacional | Nueva Chicago

Reducido-Ascenso: donde Chicago escribió sus mejores páginas

Un gol sorpresivo combinado con finales para el infarto llevaron al Torito al Reducido. Con Julio Cordara, repasamos el último torneo que coronó a Mataderos con el ascenso.

Publicada: 02/11/2024 09:00:56

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Desde el ocaso de la tarde del pasado sábado, en el cual ese gol agónico de Gabriel Tellas le puso un freno al micro que ya esperaba en la puerta para partir a Córdoba, en la cabeza no paraba de resonar un único pensamiento: "Solo faltaban diez segundos, nada más".

¿Y cómo puede ser que en ese corto lapso de tiempo se haya cambiado la felicidad por tristeza, la algarabía por angustia, optimismo por frustración? ¿Duele? Por supuesto que sí; sin embargo ¿cuándo fue fácil para Chicago? Conozco la respuesta obvia, que ya es frase popular "nacimos para sufrir", y otras tantas de igual tono. ¡Que se modifique algún día hermano Verdinegro, no se aguanta más!.

La historia nos puso frente a varios momentos complejos y de más de uno salimos airosos. Vení, acompañame al túnel del tiempo para que recordemos que Mataderos parecía Kosovo, un escenario de posguerra, cuando en el Reducido del 2001 perdimos con los entrerrianos de Gimnasia en el descuento. ¡Querían matar a los jugadores! Pero, algunos días después, con los goles de Gomito y Pocholo en el mejor partido del año, pasamos de fase.

¿Seguimos? Ya entré en ritmo. En la semi le ganamos por la mínima a Quilmes de local. Y sí, era un resultado corto, ellos tenían un equipazo y les alcanzaba con ganar, por la bendita ventaja deportiva. Encima fuimos al Sur sin los anchos de espadas ni de bastos (Gomito y el Topo). ¡Qué manera de sufrir! Pero en esa tarde que se hizo noche, de pronto aguantamos el aguacero que inundó la cancha y también el zapatazo de Alayes que reventó el travesaño. Mis piernas y las de varios presentes tenían vida propia ¡No paraban de temblar!

¿Y en Córdoba? Arrancamos bárbaros, dos veces estuvimos en ventaja, pero ellos jugaban con 14 y el sargento Giménez emparejó el resultado con penales inventados y la roja al Paragua Velázquez. En el entretiempo bajé por la escalera entre medio de la policía casi al campo de juego, mientras le gritaba: “Giménez, milico hijo de puta ¿Sabés lo que nos costó llegar hasta acá?"

Llovían los centros y metieron al Miliki Jiménez para que cabeceara alguna y en eso, tengo la imagen viva de Frangella cuando cortó el enésimo centro y se la tiró larga al Topo en la corrida de su vida, de la nuestra. Entonces, con la sutileza de un elegido la tocó por encima del arquero y la pelota besó los piolines para que nos volviéramos locos, que gritemos y lloremos de alegría.

Si, te entiendo. Sé que nos dieron un mazazo faltando diez segundos, pero lo nuestro es resiliencia ¿Vamos a cambiar ahora?


Carta de lector realizada por Julio Cordara (periodista, escritor, historiador de Nueva Chicago y ex jefe de prensa de la institución)

Sebastián Viscardi

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