Primera Nacional | Nueva Chicago

Chicago y su crónica de un milagro anunciado

El Torito festeja sus 113 años de vida y Solo Ascenso dialogó con uno de sus hinchas y autor de una de las obras literarias y audiovisuales que quedarán guardadas para siempre

Publicada: 01/07/2024 18:33:10

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Emiliano Lentini, Periodista de TyC Sports, es un confeso hincha Verdinegro. Conocido por ser el conductor de Show Nacional y La Gala del Nacional en donde recopila al viejo estilo de Fútbol de Primera lo mejor de la fecha de la máxima categoría del ascenso argentino. Hace doce años se había embarcado en realizar un documental para el centenario del club donde el Torito buscó un ascenso que quedó truncado. Al siguiente año, gracias a su insistencia y darse una segunda oportunidad, logró concretar no solo el documental con el ascenso. La epopeya que conseguiría Chicago daría lugar a la realización de un libro.

Autor del documental Torazo y escritor del libro Crónica de un Milagro, contó cómo fue esa tarde en San Martín en la que el Verdinegro consiguió uno de sus más significativos ascensos ante Chacarita con un penal en contra en la última jugada.

SA- Aquella tarde en San Martín estabas justo atrás del arco en el que Monllor ataja el penal. ¿qué sentiste en ese momento en el que Daniel contiene el disparo de Toledo?

EL- Lo primero que me sale cuando ataja el penal es un “¡vamos Daniel carajo!”, con voz desgarradora, que lo escucho después en el video que estaba grabando con una camarita de mano, tipo un teléfono celular que filmaba HD -porque estábamos grabando la película- y teníamos una cámara buena y esa camarita medio de mano mía. Y cuando ataja ahí me salió de adentro el ¡vamos Daniel carajo! Automáticamente salté el cartel y me metí en la montaña humana, ahí de los jugadores. Pero lo que sentí y está expresado ahí, sin tener conocimiento y conciencia de lo que estaba haciendo. Un poco llegué hasta ahí, después de mirar el partido en la platea alta y de camuflado. Bajé cuando Chicago hizo el 1 a 0. Y de esa manera entramos al campo. Fueron diez minutos entre que hizo el gol Carboni, hasta que bajamos a la cancha con Luciano Pucheta, que estábamos haciendo la película de nada, conmoción, de no entender lo que estaba pasando. Cuando atajó el penal. Es eso, la sensación de locura total y de no entender dónde estábamos o lo que estábamos consiguiendo, o lo que estábamos viendo, o lo que estaba pasando en ese final que de repente quedaste al borde del abismo de perder todo y bueno, terminaste ganando el ascenso. No sé, un poco de eso.

SA- Esa tarde estabas grabando material para el documental “Torazo”. Cuando llega la última bola y la mano de Testa, ¿qué pensaste en ese momento?

EL- Cuando llegó la mano de Testa, lo mismo. Recién nos habíamos ubicado en el campo porque veníamos de la platea. Después el 1 a 0 y en el medio de esa bajada al campo de juego, que además nos colamos, porque no teníamos permiso, ahí hubo una colada olímpica para poder estar adentro con la cámara, y bueno, alguna credencial falsa también. Además, chapeando cosas que terminaron resultando que muchas veces terminan siendo que no y nos quedábamos afuera. Mientras estábamos bajando nos sorprende el 1 a 1 el gol de Chacarita, lo escuchamos desde la entrada al vestuario y automáticamente nos metimos al campo. A los dos minutos nos ubicamos en un costado y esperando el final vemos el gol que se pierde Carboni y viene la mano de Testa. Cuando viene la mano de Testa, yo estaba filmando también y en mi cámara quedó como en estado de shock. Ahí me salió decir “¡cobró penal, cobró penal, cobró penal, cobró penal, cobró penal, cobró penal!”, como siete veces, como que estaba en estado de shock. No lo podía creer. Y bueno, en el medio de esa conmoción fui caminando sin soltar la cámara hasta atrás del arco y me ubiqué en ese lugar y después todo lo que pasó.

SA- A raíz de esa epopeya histórica escribiste un libro, “Crónica de un milagro”, ¿por qué elegiste ese título?, ¿presentías de antemano que algo importante iba a suceder?

EL- "Torazo" es una película que habíamos empezado a grabar el año anterior, bien hecha. Tenía la intención de ver si Chicago ascendía en esa temporada y la pegamos con el festejo de los 100 años. Esa era la idea de la película. Chicago en el torneo anterior con Finarolli de entrenador juega el Reducido y termina perdiendo contra Defensores de Belgrano. Había un solo ascenso, para conseguir el segundo tenías que ganar el Reducido más una Promoción. Entonces Chicago llegó a la final del Reducido, pero le faltaba la Promoción. Nosotros grabamos la intimidad de ese plantel que terminó perdiendo en cancha de Defensores. Entonces nos quedó todo ese material, y la verdad, teníamos dos opciones: tirar todo el material a la basura o darle una segunda oportunidad. Y eso fue lo que hicimos. Cuando llegó el Reducido, yo le digo a Luciano Pucheta, con el que estábamos en una película: “Luciano, tenemos que volver a retomar la película, porque Chicago llega a jugar la final contra Chacarita de la Promoción para ascender y nos vamos a querer matar”. Entonces me dijo “no, yo estoy complicado ahora con el trabajo, va a ser un quilombo”. Era difícil meterse en la intimidad porque el acceso al plantel estaba reducido, por cábalas y todas esas cosas. Nosotros veníamos de grabarla y que pierda, estaba Gomito como referente, que era su primer año y tampoco nosotros teníamos la confianza para meternos. De apoco nos fuimos metiendo, primero en la Popular contra Los Andes, en el primer partido del Reducido y después contra Platense, ya con la cámara también de Luciano. Llegó el partido de Chacarita, que era una posibilidad, pero recontra lejana cuando empezamos. Así que de alguna manera creímos que eso era posible. El presentimiento estaba, presentía que iba a pasar por eso seguía. Seguíamos con la intimidad y con la grabación, sentía que podíamos jugar contra Chacarita. Como que la vi antes. Después, obviamente tienen un final de película. Al final de todo recibía mensajes que me decían: “Hijo de puta viste la película, no tenés mejor final con lo que pasó”. Y el título no se debe solo al milagro futbolístico. El título encuadra otras cosas y otras cuestiones, que era que Chicago, como casi siempre en su historia, cuando asciende, ascendió milagrosamente porque al principio de temporada todo era un desastre, descontrol, un caos, no tenía lugar donde entrenar, en el medio tuvo el hecho de violencia que terminó con dos muertes en enero, suspensión de cancha, la típica de toda la vida. Un club al borde de la extinción. Otra vez, como siempre, de una intervención, de cosas malas y entonces "Crónica de un milagro" encuadra un poco eso. A mí después, me acuerdo, vino un dirigente y me dijo: “veo que le haces libros a los jugadores, que hablas de milagros, que nosotros, que nosotros..”, sacando chapa, como que ellos eran responsables y la verdad que fue todo de los jugadores y de Mario Franceschini. Muchas veces escucho que San Lorenzo hizo el milagro, no sé. Por ejemplo, el otro día hizo cuatro goles o la épica, ponele milagro. Qué sé yo. San Lorenzo podía hacerle cuatro goles a Estudiantes de Mérida y que pierda Palestino con Fortaleza. Ahora, milagro, ¡Milagro! Después que ese Chicago haya ascendido en medio de tanto quilombo que tenía y un plantel que no era el más alto presupuesto y encima como se dio en cancha Chacarita, en medio de tanta adversidad, bueno, me parece que por ahí eso es un verdadero milagro. Fue un poco por lo que me parece que no es exagerado para nada en este caso el título.

SA- ¿Cómo evalúas el recorrido de ese equipo que termina coronando con el ascenso?

EL- El recorrido de ese equipo fue de menor a mayor y que terminó coronando, tenía muchos jugadores del campeonato anterior que había llegado a la final del Reducido. En el caso de Testa, que era el símbolo, tenía Julito Serrano, tenía después bueno, la llegada de Gomito, Dani Monllor, que empezó siendo suplente de Drago y después terminó agarrando el arco y fueron un equipo que fue creciendo. Carboni, que era resistido, empezó a hacer un montón de goles importantes. Damián Lemos, el Negro Banegas que se hizo importante. ahí estuvieron un poco los puntos altos de ese equipo que la verdad hizo un campañón por todo el contexto, más allá de que no le daba para salir campeón y después en el Reducido se agrandó, con muestras de muchísimo carácter. O sea, fue un equipo que estuvo a la altura de Chicago, estuvo a la altura de la historia, con Franceschini como entrenador, con el paraguayo Velázquez como entrenador de arqueros, con el profe Figueroa, con Leo Ladino ahí también en el cuerpo técnico, que era fundamental a la hora de las arengas. Pero sin duda fue plantel, cuerpo técnico y gente. El socio estuvo bancando pese a todo y pese a los estúpidos de siempre que la quisieron opacar e hicieron que el equipo llegue a buen puerto y vuelva al Nacional que parecía imposible porque no se podía romper con eso.

SA- Siendo Periodista e hincha del Torito, ¿en qué lugar de importancia ubicas ese ascenso a la B Nacional frente a Chacarita?

EL- Lo ubico en un lugar de muchísima importancia porque lo vamos a seguir recordando cada 30 de junio, incluso afuera del 30 de junio. Y cada vez que Chicago trasciende por algo que no sea lío, violencia y todas esas cosas, y más por un hecho deportivo que no abundan tantos, es sensacional. Y esto fue en la cancha de un rival, no sé si un clásico, sí un rival para mí el equipo junto a Chicago, no sé si el más grande de la categoría, pero si no lo es, pega en el palo. El de más historia. El de gente que es muy parecida a la de Chicago, al club al que respeto un montón, Chacarita. A la gente de Chacarita la respeto un montón, que tienen los mismos problemas, la misma dificultad que Chicago, que son bravos como Chicago y que tienen los mismos problemas. Y que tienen un poco desde lo social una repercusión similar. Entonces, que Chicago le haya ganado a Chacarita sea clásico o no sea clásico era mucho. Era y es muy significativo. También, por supuesto, que Chacarita no estaba en su mejor momento y por eso descendió. Justamente Chacarita jugaba para para no descender y Chicago por ascender. Entonces Chicago también se aprovechó de ese momento malo de Chacarita para poder quedarse con ese ascenso. Como en Mataderos la cancha no estuvo llena por una cuestión de inhabilitación de una tribuna en San Martín o en Villa Maipú también. Chacarita no tenía toda su gente, tenía socios porque también venía de problemas. Por eso digo que son dos clubes que se emparentan mucho, que son muy parecidos. Para mí los dos más respetados en la categoría, en lo que son el Gran Buenos Aires y Capital, le puedo sumar también por repercusión y cantidad de gente a Quilmes capaz. Y fue muy importante que Chicago le gane ese partido de Chacarita porque no se olvida más.

SA- ¿Crees que ese partido cambió la carrera de Monllor?

EL- Sí, sin dudas. Porque Daniel no venía de tanta continuidad. En ese tiempo, Monllor debutó grande. Fue mucho tiempo tercer arquero, segundo arquero. Y desde la repercusión, Chicago como vidriera en el ascenso, creo que ahí si es de lo más grande. Si vos rendís en Chicago, te ven por todos lados. No es lo mismo rendir en Chicago que rendir en la mayor el 95% de los otros clubes de la categoría. Y Daniel Monllor, por supuesto que a partir de ahí además de ganarse el amor de la gente de Chicago, trascendió y potenció su carrera o empezó a potenciarla de alguna forma. Después también es cierto que quizás no le salieron bien las cosas en un par de partidos en el Nacional y otra vez se dudó de él, pero quién le iba a sacar lo que consiguió y tenía, por supuesto, para con esa vidriera para seguir adelante en su carrera de la mejor forma y bueno ser recordado por la gente de Chicago como es ahora y con el paso del tiempo se resguarda un poco más y todo se valora más también.

SA- ¿Cómo ves y evalúas al Monllor de hoy y qué diferencia ves con el que atajó aquella tarde en San Martín?

EL- El Monllor de hoy está en un punto altísimo, me atrevería a decir que es el mejor arquero de la categoría y para sorpresa de muchos también, yo creo que Chicago lo potencia. Él no es que venía con malas actuaciones en los otros clubes, al contrario, pero Chicago te potencia desde la vidriera, desde jugar con 15.000 personas en la tribuna. Con este escudo tiene algo especial, con esta gente tiene una conexión única y por supuesto que es un arquero totalmente diferente a aquel del 2012, quizás más parecido al de esa tarde con Chacarita en el que se agrandó y sacó su fuego sagrado de adentro para atajar ese penal. Y bueno, es un Monllor que hoy le da sentido de pertenencia a Chicago, tiene el ADN y es eso que conmueve, que tanto busca y quiere y pedimos los hinchas, la gente de Chicago para que representen esta camiseta. Así que el Dani de hoy es 100% Chicago y ojalá que le quede todavía un rato largo en el club y pueda seguir consiguiendo cosas".

Sebastián Viscardi

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