Primera C | Luján

Hugo Vilchez, el hombre récord del clásico

Corría el año 1990 y en el Estadio Carlos V se daba la última victoria del Lujanero ante su clásico adversario con un contundente 5 a 0.

Publicada: 05/10/2020 18:00:42

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Corría el año 1990 y en el Estadio Carlos V se daba la última victoria del Lujanero ante su clásico adversario con un contundente 5-0. Fue el resultado más amplio entre ambos en el historial. Hugo Benito Vilchez, más conocido por el apodo de "Ojito", fue el destacado de la tarde con cuatro goles en su haber. A treinta años de ese hito el goleador aún espera la pelota del partido.

Fin de semana largo por tratarse de un feriado de Pascua. El Carlos V, el epicentro del clásico entre Flandria y Luján. Los últimos resultados entre ambos favorecieron al Lujanero y es por eso que se ha acercado en el historial a apenas un partido del Canario. El Mundial de Italia 1990 estaba a la vuelta de la esquina y muchos esperaban que el equipo de Carlos Salvador Bilardo repitiera lo realizado en México 86. Por el oeste bonaerense la atención se encontraba en lo que fue un nuevo choque entre Canarios y Lujaneros. Por el lado del elenco anfitrión, Julio Apariente era el DT, en tanto en la visita Carlos Milito reemplazó en el cargo a Pedro Mansilla luego de un comienzo de campeonato poco alentador. Ambos necesitaban de un triunfo para aspirar a un lugar en el Torneo Reducido. El encargado de impartir justicia designado fue Rodolfo Guerra, un árbitro que con el tiempo llegó a ser internacional.

Eran otros tiempos, era otra la historia, lejos de una violencia entre vecinos que con el correr de los años comenzaría a acentuarse. Mientras que los locales esperaban en su tribuna, los del Lujanero arribaban a Jáuregui a bordo del Ferrocarril Sarmiento transitando luego la avenida Flandes hasta el estadio. En Flandria confiaban en los goles de Mario Tilio; en Luján le prendían velas a la dupla ofensiva compuesta por Hernán “El Pibe” Martínez y Hugo “Ojito” Vilchez. Uno de esos tres nombres terminaría siendo el héroe de la tarde.

Si bien Hugo Vilchez se caracterizaba por meter goles, hasta esa tarde de abril de la década del 90 nunca había metido cuatro goles en un mismo partido y de hecho hasta el día de su retiro no logró repetir esa hazaña. “Había llegado a Luján de la mano de Pedro Mansilla y el debut fue contra Alem en General Rodríguez, con un resultado favorable de 2-1, donde marqué uno de los goles aunque eso no me pareció raro teniendo en cuenta que al elenco Lechero siempre le convertía. Con Flandria era distinto, pero ese día en Jáuregui se me abrió el arco. Me acuerdo que era una tarde de Pascua, en la que había llovido y la cancha estaba con barro. Todo se simplificó porque al minuto de juego ya ganábamos 1 a 0 con el primero de mis goles y después El Gallego Mena de tiro libre puso el 2 a 0. Flandria se desesperó y Guerra echó a uno de ellos (Chaucha Pighín) y con ese resultado nos fuimos al vestuario. A los 10 minutos del segundo tiempo penal para nosotros, pateo, Dobler no llega y 3 a 0. El cuarto y el quinto fueron casi calcados con Flandria jugado al ataque y regalado en el fondo: mano a mano con el arquero, lo dejo en el camino y defino. Fue una tarde soñada”, recordó Vilchez.

Además, sobre la media hora de juego, Flandria se quedó con nueve por la expulsión de Tilio y a falta de ocho minutos el partido se suspendió. “Los hinchas de Flandria se treparon a la reja que separaba la zona de plateas de la popular y la Policía tiró gases. Algunos de ellos terminaron en el campo de juego pero no fue eso lo que determinó la suspensión sino la caída de un paraguas de esos con punta que voló desde la tribuna. Incluso recuerdo al árbitro Guerra con el paraguas bajo el brazo”, contó Vilchez.

En esa época la pelota era de la marca Pintier (blanca con una estrellita negra) y los que marcaban tres goles en un partido no se la llevaban a su casa. Es por eso que hoy en día Ojito sigue esperando la redonda de ese encuentro que vaya a saber dónde fue a parar. Los cuatro goles de esa tarde tampoco fueron los únicos que le marcó a Flandria. En el Municipal anotaría un golazo en un empate 1 a 1 con Ariel Giacoia como involuntario testigo. En total fueron casi dos temporadas las que jugó en Luján, aunque a mitad del campeonato, y como la C era amateur, se fue con sus goles a Ecuador.

En el Ascenso, además de los colores del Lujanero, defendió los de Argentino de Merlo, Excursionistas y Midland. “Quise retirarme con la casaca de Luján hará unos veinte años atrás. Ya había cumplido los cuarenta pero sentía que tenía todavía cuerda. Takiko Yarte me hizo el contacto pero el entrenador de ese entonces me bajó la cortina. Así que me fui a Midland y ahí en El Funebrero me retiré”.

Hincha de River Plate, dice sentirse identificado con los colores de Luján, incluso de vez en cuando llega al Municipal de incógnito, como en el último choque contra El Porvenir. “Soy devoto de la Virgen de Luján y siempre voy a la Basílica con mi familia. También almorzamos en el restaurant de la rotonda y si juega el Lujanero digo presente en la cancha”.

A los 61 años se gana la vida con una distribuidora de alimentos congelados. Quizá, la asignatura pendiente fue realizar el curso de técnico. Por lo pronto, Hugo Benito Vilchez se encuentra en el primer escalón del podio entre los que más goles anotaron en un clásico.

Agustín Gigante / El Civismo

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