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“El jugador de la D sueña con progresar”

Alejado del fútbol, Jeremías Retamozo reivindica el ascenso. “El jugador de Primera no sabe lo que es cambiar un turno laboral porque jugás un partido en la semana”, dijo.

Publicada: 11/10/2017 18:51:10

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Jeremías Retamozo puede ser un nombre más para muchos, pero esconde una historia atrás. La historia de muchos chicos que soñaron con jugar en la Primera de algún club y vivir de esto. Parcialmente Jeremías lo logró, porque llegó a debutar en Cañuelas y vistió las camisetas de Lugano y Centro Español.

Por cuestiones económicas, Retamozo tuvo que dejar el fútbol y dedicarse completamente a su otro trabajo (es vendedor en un local de Boca Shop en un shopping de San Justo) para poder sostener a su familia.

Pero el deseo por volver a jugar a la pelota lo llevó a recordar los buenos momentos. Y la mejor manera que encontró para recordar fue tatuarse la fecha y el número con el que debutó en el Tambero.

“El tatuaje me lo hice porque es una manera de recordar uno de los días más lindos de mi vida. Es una fecha importante en la vida de cualquier futbolista, y al igual que el nacimiento de mi hijo fueron las dos fechas más lindas. Despertarme y verlas en mi brazo me hacen arrancar con una sonrisa cada día. El número 18 es un número que hasta que no debuté en Cañuelas era insignificante, pero a partir de ese debut se convirtió en mi número favorito, el número de mi vida”, sostuvo.



El defensor de 28 años se encuentra sin club y alejado de su gran pasión que es el fútbol, añorando retornar en el corto plazo al verde césped.

“Hoy en día estoy ajeno y alejado del fútbol. Lamentablemente por temas laborales tuve que interrumpir este deporte, tengo la esperanza de algún momento poder acomodar todo, lo laboral y lo deportivo para poder seguir jugando. Sigo entrenándome en mis tiempos libres porque la esperanza es lo último que se pierde”, manifestó.

La primera y la última mujer dicen que son las que más se recuerdan. Y aunque Cañuelas y Centro Español son clubes, el amor que siente Jeremías es parecido.

“Si vuelvo me gustaría volver a vestir la del Gallego, siento que tengo una deuda pendiente con el club, la gente y mi familia que son los que apoyaron siempre, y creo que en la D jugaría sólo en Centro Español. Y obviamente que en la C jugaría sólo en Cañuelas, fue mi primer amor, y tengo los mejores recuerdos de mi pasado por el club”

En tiempos donde los futbolistas se miden en millones y no por su condición futbolística, hay un subgrupo que jugadores que solo juegan por placer.

“El jugador de la D sueña con progresar, todas las mañanas cuando agarra el bolso y sale de su casa para entrenar sabe que tiene que dar el máximo para progresar y así poder escalar de categorías. No hay techo, eso lo pone cada uno de acorde a cómo haga las cosas y cómo se maneje en éste ambiente. Obviamente todos soñamos con vivir de esto profesionalmente y así poder dar una mano a la familia, para devolverles un poco de todo lo que ellos nos dieron desde chiquitos”, aseveró.

La gran mayoría de los jugadores de la Primera C y la Primera D tienen otros trabajos para sostener económicamente a su familia. El fútbol es su gran pasión, pero no lleva el pan a la mesa.

“El jugador del ascenso termina de entrenar y en la ducha ya está pensando en su otro laburo, que es el que le da de comer a su familia. El fútbol es lo más hermoso que existe, pero todos sabemos que en el ascenso no podes vivir sólo de esto, y hay que remarla como sea para poder sentir la satisfacción del fútbol. El jugador de primera lo vive y lo siente de otra manera, son los tocados por la varita y unos privilegiados de hacer lo que amamos sin tener que tener preocupaciones como por ejemplo cambiar un día de turno laboral porque tenés que jugar un partido en la semana. Es distinta su vida a la de los del ascenso”, concluyó Retamozo.

Giuliano Candoni

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