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Maxi Quinteros: el Lila, Carpintero y una apuesta insólita

El ex delantero de Saca recordó una anécdota en sus inicios en el club previo al ascenso a la Primera B. Y habló de Darío Carpintero, emblemático capitán de aquel plantel.

Publicada: 03/08/2020 11:00:06

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Entre mates y algunas risas, por el simple hecho de escuchar despertar a su hijo, Maximiliano Quinteros, hoy jugador de Universidad de Concepción, recibió virtualmente a Solo Ascenso en su casa. Humilde, sencillo y totalmente franco se mostró al contar su carrera y las numerosas anécdotas vividas. Una de ellas es insólita y bien de ascenso: la apuesta con Norberto D’Angelo, ex-entrenador del Lila entre 2015 y 2017.

Aquella graciosa situación la empezó contextualizando. En sus primeros seis meses, tras dejar el trabajo como empleado de un sindicato y firmar con el equipo de Villa Soldati, era el quinto delantero y competía palmo a palmo con otro para ganarse un puesto en la práctica. Sí, en la práctica.

Tras ganarse un lugar en el banco de relevos, su sueño de ser el 9, en el segundo torneo, no cesaba. “Habían traído de delantero titular a Mariano Lutzky, pero el equipo no ganaba y a esto se le sumó otra cosa: se ausentó porque nació su hija”, recordó con gracia y agregó “el día del partido me dijeron ‘ya fue, jugá vos’”. Ese día convirtió, a la otra fecha también y a partir de ahí se convirtió en una pieza inamovible: Saca era líder de la Primera C.

“Le había apostado al Negro (D’Angelo), que iba a meter 10 goles en el torneo, cuando todavía era el quinto delantero. Él me dijo ‘meté siete y te regalo un lechón’”, dijo riéndose Pichu. Para que… Frente a Argentino de Quilmes llegó el séptimo y con ese gol, que garantizó la victoria por 2-0, se escuchó al entrenador al grito de “La p*** madre, tengo que pagarle el cerdo”.

Aun así, el nacido en Avellaneda no se relajó y finalizó el torneo, de 2017, con veinte goles, siendo el máximo goleador de la categoría, y un ascenso histórico a Primera B. Y luego se quedó para jugar en la tercera categoría, de la que también fue goleador junto a Luis Salmerón, ambos con 16 goles.

A su vez y para finalizar, aseguró que “ese equipo era único” y que tenían un referente muy solidario como Darío Carpintero que “parecía gruñón, pero era más bueno que el pan: ponía plata de su bolsillo, sin decir nada, para pagar nuestros sueldos”. Además, no olvida que cuando su hijo Santiago León, que hoy lo guía desde el cielo, estaba mal le traía día y noche comida y dinero al Hospital Garrahan.

Joaquín Jary

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