Primera Nacional | Atlanta

Un inexplicable cachetazo a la ilusión en Villa Crespo

El Bohemio le ganaba 2-0 a Agropecuario con goles de Valdez Chamorro y Marcioni, y en una insólita jornada, terminó perdiendo 2-3. En un torneo corto estos puntos salen caros.

Publicada: 14/12/2020 00:01:24

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En Villa Crespo no se encuentra explicación para lo que pasó esta tarde. El equipo de Fabián Lisa había arrancado bien, era superior y se mostraba sólido, pero se distrajo al cierre del primer tiempo. El 2-0 que parecía el comienzo de un sueño, se puso 2-2 en un abrir y cerrar de ojos. En el complemento, fue directamente una pesadilla, y el 2-3 que terminó llevándose Agropecuario es de esas heridas que dejan cicatrices.

El inicio del Bohemio era promisorio, con presión en la salida, con más despliegue de fútbol, con un Marcioni mucho más activo, con Valdez Chamorro haciéndose eje del equipo y sin dejar jugar demasiado a su rival. A los 10, en una gran jugada individual de Marcioni, dejó parado a Dematei, se metió en el área y habilitó al borde del área a un Valdez Chamorro que la clavó en un ángulo. Golazo.

Sobre los 15, Pedrozo picó en profundidad y definió mano a mano para poner el 2-0, pero el juez lo anuló por un offside que no existía. Sobre los 24, habría revancha con la misma combinación que en el 1-0, pero a la inversa: Valdez Chamorro la picó sobre la defensa y Marcioni definió de media vuelta para aumentar una diferencia que era justa. El Bohemio era superior, jugaba tranquilo y se hacía amo y señor de un partido que se le aparecía accesible.

Pero tantas bondades terminaron jugándole en contra: Atlanta se relajó. Y se relajó por demás, cometiendo errores defensivos que pagó carísimo. Blando advirtió a los 30, con un disparo que terminó siendo un tirito, cinco minutos después, metió un derechazo de tres dedos que se fue besando el poste. A los 37, no habría perdón: Urquijo apareció solo en el área y con un zurdazo perfecto clavó el descuento en el ángulo.

Cuando moría el primer tiempo, aprovechando el peor momento del local, Agropecuario igualó las acciones con Miño, quien apareció sólo en el borde del área chica para frenar un envío y definir punteándole la pelota a Rago. En menos de 10 minutos al Bohemio se le transformaba una victoria tranquila en un empate incómodo: ahora encima el rival venía agrandado.

El segundo tiempo fue más inexplicable. Fabián Lisa metió mano en el equipo en el entretiempo y sacó a Milton Giménez para que ingrese Alejo Dramisino. La modificación fue extraña, ya que no había ningún otro 9 de área en el banco, y encima obligaba a un cambio de esquema en el equipo. Pero las respuestas no llegaron, al contrario: antes del cuarto de hora, Agropecuario pasó al frente con un buen disparo de Molina de afuera del área.

Restaba más de media hora para recuperar algo. Lisa apostó a más variantes: el regreso de Ochoa Giménez por un Valdez Chamorro que había sido de lo mejor, y luego el ingreso de Marinucci por Previtali para reacomodar el 4-3-3 con Pedrozo como referencia de área. Ya en tiempo de desesperación, metió a Trinidad por Molina y arriesgó, pero el recién ingresado se desgarró y terminó dejándole su lugar a Federico Presedo.

Con variantes de nombre y esquema, el mejor terminó siendo Francisco Rago, que ahogó dos mano a mano que dejaron al equipo en partido hasta último momento. En ofensiva, hubo dos posibilidades para el empate: un mano a mano de Marcioni, ahogado por Perafán, y otro de Pedrozo, que no pudo definir con recorrido y le salió un disparo al cuerpo del arquero.

El final dejó mucha bronca y dudas. Hay una sola explicación posible para que los mismos hombres que estaban logrando una campaña histórica no tengan reacción: el golpe anímico. A Atlanta le pesó lo que se habló, lo que se barajó y lo que terminó pasando con la definición de los ascensos. Junto a San Martín, son los dos grandes perjudicados, y no es casualidad que sus presentes hoy por hoy sean los mismos.

Mariano Perusso

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