Tri-steza

Contundente derrota de Sacachispas. Atlanta mostró chapa de candidato en Villa Soldati y venció al Lila 3-0 con goles de Adrián Martínez, Brian Miranda y Jonatan Chaves.

Publicada: 05/11/2017 21:17:05

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Si usted es hincha de Sacachispas y pregunta por las emociones, tendrá que conformarse con unas pocas sobre el final del partido, cuando el asunto ya estaba resuelto. Un cabezazo de Bryan Mendoza, bien controlado por el arquero Rodrigo Lugo. Otro de Nicolás Pizarro apenas alto y un disparo que pasó muy cerquita del palo de Rodrigo Acosta. Antes, nada para narrar. Los intentos del equipo de Norberto D’Angelo nunca inquietaron a una defensa que tuvo una buena tarde.

Pero si usted, hincha de Sacachispas, se pregunta por el juego, e imagina combinaciones, y creatividad, o tal vez se esperaba encontrar con alguno de esos argumentos que este conjunto ha sabido practicar, entonces tampoco habrá dado con el partido correcto. Irresoluto, con falta de recursos para penetrar una telaraña de defensores bohemios que cubrieron bien los espacios, con muchas imprecisiones en el pase corto, y con las ya recurrentes distracciones defensivas que tantos dolores de cabezas vienen aportando.

Pero usted hincha de Saca, se preguntará si al menos hubo empuje, fuego, enjundia, y con preocupación habrá que advertir que el equipo después del primer gol, no tuvo respuestas tampoco desde lo anímico. Desde los 15 minutos, en aquella aparición solitaria de Adrián Martínez, el Villero empezó a perder el partido y nunca generó esa sensación de que algo podía cambiar. Mucho menos después de la bonita definición de Miranda que desparramó a Acevedo. El tercero de Chaves fue para un cuadrito y su latigazo lejano puso cifras definitivas a la goleada.

Por fin, a usted hincha de Sacachispas que empieza a preocuparse, o a mofarse del andar irregular de su conjunto y que de a poquito, y aunque no quiera, mira la angustiante tabla de los promedios de reojo, habrá que decirle que el domingo en Bajo Flores, tendrá un nuevo desafío. Espera Español, y más allá de la cercanía geográfica o de la rivalidad de las barras, es un partido clave, para no desbarrancar, para enderezar la nave, para no agudizar los problemas que existen y son reales. Mucho en juego y la posibilidad de dejar atrás la tristeza de esta tarde.

Pablo Cocilova