Con el puño apretado

Con un final a los golpes, el Lila ganó en Villa Soldati y le sacó 13 puntos de diferencia a Defensores Unidos. Superó 2-1 a El Porvenir con goles de Quinteros y Acosta.

Publicada: 18/04/2017 21:26:56

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Los últimos partidos del líder no fueron un despliegue de virtudes, pero hoy el puño vuelve a apretarse en Villa Soldati para festejar un nuevo paso en la escalera al ascenso. Sacachispas venció 2-1 a El Porvenir y aprovechó la caída de Defensores Unidos para tomar distancia de 13 de su inmediato perseguidor. Los goleadores de la tarde para el Lila fueron Maxi Quinteros y Rodrigo Acosta.

El puntero mostró puños apretados para salir a la búsqueda de la ventaja inicial pero no podía resolver la trama enredada que los de Gerli plantearon con su disposición en el campo. Muchas piernas en la mitad de la cancha para impedir la generación de juego y pocos espacios donde apareciera el fútbol de los locales.

Raúl Pérez no podía encontrar su mejor sitio en la cancha, Julio Serrano era bien bloqueado y los carrileros no aportaban la amplitud necesaria. La pelota la tenían demasiado los centrales y el arquero Acevedo, y la receta entonces empezó a ser que la pelota fuera larga, saltando líneas. Sin embargo, pocas veces llegaba limpia para los delanteros que luchaban y chocaban.

El primer tiempo se cerró con el gol de Quinteros. Ejecución rápida y despierta de un tiro libre por Lucas Fernández. Dos Santos desbordó y tiró un centro preciso para que de cabeza, el máximo goleador de la categoría haga que el puño se apriete y comenzar así, a gustar la victoria.

Más aún cuando al principiar la segunda etapa Rodrigo Acosta definía solitario y a la derecha del arquero visitante para sentenciar la jornada. Le hizo falta al puntero apretar el puño también cuando el conjunto de Rodríguez se le vino encima y llego al descuento.

No estuvo ausente, lamentablemente el puño de la violencia cuando llegaba el epílogo y los jugadores se trenzaron en una discusión que no paso a mayores. Ganó el Lila. Festeja, celebra, sueña, y aprieta el puño para gritar, cada vez más fuerte, que el villero de Soldati quiere ser de la B.