Primera C | Leandro N. Alem

Masticando bronca

El Lechero ganaba 1-0 en Maschwitz, jugaba con 10 y Claudio Paz había tapado un insólito penal, pero el local lo dio vuelta al final. Mucho enojo con el juez Gastón Iglesias.

Publicada: 25/11/2018 19:17:33

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El Lechero estuvo al borde de lograr lo que muchos equipos intentan en el torneo de la Primera C: vencer al complicado Deportivo Armenio. El elenco de Maschwitz tiene jugadores con mucha calidad y experiencia como para solventar estar en el primer puesto del torneo, pero además fue claramente favorecido por fallos arbitrales que desataron el enojo de todo Alem.

Es que el equipo del Lobo Cordone había realizado una primera parte muy buena, jugándole de igual a igual al líder y hasta superándolo en varios pasajes del encuentro. Así, a la salida de un lateral, Walter Gallardo la guapeó en el área y metió un derechazo que sorprendió al arquero Oviedo y puso arriba a los de General Rodríguez.

Pero en el arranque del complemento, el juez Gastón Iglesias consideró una falta de Iván Junco como merecedora de la segunda amarilla, y dejó al Lechero con 10. El DT no lo pensó mucho y puso a Alcaraz por Víctor Meza, gastando casi obligadamente su segundo cambio de la jornada (en la primera etapa había entrado Ramasco por Cordero, lesionado).

Y más allá de que Armenio se volcó en ataque, y Villarreal agotó las variantes a los 15, el puntero no tenía ideas para romper una defensa que dejaba la vida en cada pelota. Sin embargo, empezaron a caer las polémicas con algunas infracciones que cobraba Iglesias cerca del área, y el punto máximo llegó a los 27 del complemento.

Una volea pegó en el pecho de un defensor de Alem, y el juez sin dudarlo sancionó un insólito penal que despertó la bronca de todo el plantel Lechero. Claudio Paz amagaba con retirarse del estadio, el Lobo Cordone no lo podía creer y los jugadores estallaron del enojo. Luego de varios minutos, Santiago Gómez se hizo cargo, y el arquero adivinó el disparo a media altura a su izquierda para volverse héroe.

Inmediatamente el juego se detuvo por una agresión al línea que estaba de espaldas a la popular de Armenio, pero todo quedó en la nada. Alem aguantaba con un despliegue físico descomunal que empezó a pasar factura. Y a los 40, Víctor Piriz Alves ganó en el área y metió un cabezazo excelente, que pegó en el travesaño y se clavó en el fondo del arco de un Paz que esta vez no pudo hacer nada.

El Lechero estaba agotado física y mentalmente, y Armenio, envalentonado. En los 8 minutos que se jugaron de alargue, el local terminó encontrando el gol del triunfo en una media vuelta de Javier Molina que se clavó en el palo derecho del Viejo que otra vez no tuvo ninguna responsabilidad.

Alem se fue con mucha bronca, por haber dejado todo y por haberse sentido perjudicado por un arbitraje que, en gran medida, lo fue metiendo en un arco. Más allá de la derrota, que le duele lógicamente a la gente de General Rodríguez, deben volverse a casa con orgullo y la frente en alto por haber dejado todo en la cancha jugando el fútbol que el Lobo quiere.

Mariano Perusso

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