Primera B | Defensores de Belgrano

Inclinó la balanza

Luego de una primera mitad de año irregular, el Dragón se acomodó en la tabla y, en silencio, terminó el 2016 metido en la pelea y con la confianza por las nubes.

Publicada: 29/12/2016 15:37:12

Lecturas: 1962

El primer semestre no fue el mejor para Defensores de Belgrano. Luego de haber peleado hasta el final el Campeonato 2015 de la Primera B, el mini torneo de 2016 lo encontró en la mitad de la tabla. Fue una verdadera transición.

Si bien el plantel mantuvo a su columna vertebral (Luciano Goux, Albano Anconetani, Juan Manuel Sosa, Fernando Enrique) y a Rodolfo Della Picca en la dirección técnica, llegaron refuerzos que pretendían darle mayor jerarquía a un equipo que el año anterior acarició un ascenso que terminó celebrando Brown de Adrogué. Arribaron al Bajo Núñez, entre otros, Sergio Matinella, Esteban Giambuzzi, Martín Rose y Oscar Villamayor, quienes tuvieron un efímero paso por la institución. De esa camada de caras nuevas, solo se quedaron Andrés Manzanares (que dejó de formar parte de las convocatorias hace varias fechas), Andrés Soriano e Iván Nadal, que retornó al club.

La estadística de ese torneo corto marcó que el Rojinegro finalizó en la 11° posición con 23 unidades, producto de 5 victorias, 8 empates y 6 derrotas. Como entona el legendario Indio Solari en Cruz diablo!, “demasiados los moretones, muy pocos encantamientos”, como la contundente victoria ante Platense en el Juan Pasquale (3-1 con dos goles de Soriano y uno de Lucas Buono).

Defe dio vuelta la página y en el receso, de acuerdo a sus posibilidades, se rearmó. Siempre apoyado en esa base que formó su propia mística: Della Picca, Goux, Anconetani, Sosa. Un cuarteto que comenzó a construir los cimientos de este grupo en el 2013, cuando el objetivo era dejar al Dragón en la Primera B. Aunque no pudieron lograrlo, se quedaron para que la estadía en la C sea solo un fugaz recuerdo, y junto a Nahuel Fioretto (se fue del club a fines del 2015), Fernando Enrique y Lucas Buono, devolvieron al Rojinegro al lugar que le correspondía.

Las incorporaciones para la nueva temporada lejos estuvieron de ser rutilantes: se apostó por jugadores de otras divisionales como Juan Ortiz López o Kevin Dubini, y por darle rodaje a jóvenes provenientes de equipos de primera división, como Miguel Escobar o Alexis Palacios. Sin embargo, los puntos altos del equipo no llegaron desde afuera, sino que ya conocían y muy bien el club: dos de los jugadores más destacados del semestre fueron, sin dudas, Martín Iglesias y Ezequiel Aguirre.

Lo de Iglesias es meritorio porque se adaptó a una posición que no era la suya y se complementó a la perfección con Goux en la zaga: no se complica nunca, es solvente y ordenado, y a eso hay que agregarle humildad, sacrificio y una fortaleza que lo hizo superar una fisura en el brazo que lo alejó varias fechas de las canchas (y Defe lo extrañó). Por el lado de Aguirre, se dio lo que muchos esperaban desde que había llegado como promesa desde River Plate hace unos años: explotó. Como bien le explicó a Solo Ascenso en una entrevista, el Topo está jugando en la posición en la que más cómodo se siente y eso se nota en la cancha. Además, se lo ve compenetrado y comprometido con el equipo y con su función dentro de él. Eso lo llevó a terminar el año como goleador del plantel, tras anotar cuatro goles de manera consecutiva.

Al volver la vista hacia el comienzo del segundo semestre, se puede decir que Defensores lo arrancó con el pie derecho, ya que logró un enorme triunfo ante Atlético Tucumán en la Copa Argentina (1-0 en Salta). En el primer partido de la temporada, bajó a un equipo de Primera y avanzó a la siguiente ronda del certamen. Luego se vería las caras ante Arsenal en cancha de Temperley, el conjunto de Sarandí finalmente superó al del Bajo Núñez y le ganó por 2-1 (Buono había empatado transitoriamente).

En cambio, el arranque del Campeonato 2016/17 no fue el mejor para el Dragón. Comenzó con derrota 0-1 ante Español y le siguieron tres empates seguidos: frente a Villa San Carlos (1-1), UAI Urquiza (0-0) y Barracas Central (1-1). Hubo que esperar hasta la quinta jornada para la primera victoria: fue 2-0 sobre Fénix, en el estadio de San Miguel. Luego Defensores mechó empates, triunfos y derrotas. Esas dos caídas fueron duras: la primera, 1-4 ante Riestra, lo fue por el abultado resultado y la mala actuación defensiva; la otra, el 0-1 en el último minuto frente a Comunicaciones, por la bronca de quedarse con las manos vacías en la última jugada.

Luego de aquella tarde en Agronomía, Defe hilvanó tres victorias consecutivas, una igualdad y un nuevo triunfo. Le ganó 1-0 a Acassuso; con autoridad derrotó por 2-0 a Colegiales en Munro; la suerte le sonrió sobre el final para darle los tres puntos frente a Talleres de Remedios de Escalada por 2-1 (el tanto del triunfo lo convirtió Eloy Pereira en contra, a los 91’); luego sostuvo un empate 1-1 ante el líder y con un jugador menos en Morón; y por último, se quedó con el clásico barrial ante Excursionistas por 2-0, en lo que fue una verdadera fiesta adentro y afuera de la cancha.

“Los números mandan” comentó Fito Della Picca en una nota con este medio, y tiene razón. Defensores de Belgrano cerró el 2016 como único escolta del Deportivo Morón, con 31 puntos (a tres de la cima), como consecuencia de 8 partidos ganados, 7 empates y 3 derrotas. Ostenta, como es ya una sana costumbre para este plantel, la valla menos vencida con 10 tantos recibidos. El Rojinegro logró los objetivos que se propuso: estar en puestos de Reducido y clasificar a la Copa Argentina 2017. Y superó las expectativas.

Hubo quienes cuestionaron a Della Picca y daban por terminado un ciclo que, como cualquier otro, tiene altas y bajas. Lo cierto es que el DT, al que le sobra experiencia, paciencia y conocimiento de la categoría, encontró el equipo y los resultados. Enumerar las características del plantel que comanda suena repetitivo, pero no por eso es irrelevante: orden, sacrificio, humildad, solidaridad, tenacidad.

Con un Goux que además de defender marca goles, un Sosa que recuperó su nivel en el medio, un Enrique que se anima a tirar magia por la derecha, un Anconetani que siempre responde cuando se lo solicita y un Buono que aparece cuando más se lo necesita, el Dragón encendió una llama que debe mantener prendida. Y tiene con qué, porque tiene un Aguirre que desborda confianza, un Iglesias incansable en el fondo, un Mariano Mittelman que se hace cargo del arco con responsabilidad, un Franco Aragón que acompaña a Sosa en la mitad de la cancha y un Soriano que se sacrifica afuera del área en pos del equipo. Son solo ejemplos, cada integrante del plantel (o al menos la gran mayoría) tiene algo para aportar.

Ahora Defensores tiene una nueva pretemporada por delante para afrontar la segunda rueda de un torneo que, otra vez, lo tiene como protagonista. ¿Hay aspectos para mejorar? Siempre. La efectividad en el arco contrario es una materia que le cuesta aprobar a este equipo, que lo sabe y trabaja en ello. Quedan 18 partidos, un largo camino para recorrer y un sueño compartido. Defensores tiene la ventaja, por llamarla así, de no haber empezado como candidato. Por el contrario, es un peso que no tiene encima, sino que pone la balanza a su favor.

Melisa Ojeda

comentarios

notasrelacionadas

notasanteriores

másleídas