Primera Nacional | Belgrano (Córdoba)

La noche que Costantín se hizo eterno

Quizá no tuvo muchos partidos como arquero del Pirata, pero el actual DT de la B tuvo su jornada de gloria al taparle cinco penales a Estudiantes de Río Cuarto en una final.

Publicada: 23/04/2019 20:27:10

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El 2 de septiembre de 1981, Belgrano se jugaba mucho en casa. Era la vuelta de la final del provincial, que otorgaba una plaza en el Nacional. El Pirata había perdido la ida ante Estudiantes de Río Cuarto por 5-1 y necesitaba sacar cuatro de ventaja para forzar unos penales. Para colmo, su arquero titular estaba lesionado.

Y quien apareció bajo los tres palos era un tal Julio Constantín. En exclusiva con Solo Ascenso, recordó: “Yo era muy joven, tenía 19 años, era suplente en Belgrano. Había jugado un par de partidos en la Liga Cordobesa. Me tocó, por una lesión del arquero, atajar ese día con Río Cuarto”.

“En la revancha, aquí en Córdoba, ganamos 4-0 y terminamos yendo a penales. Fueron dos series, en la primera atajé uno y en la segunda atajé cuatro. Y convertí el mío. Fue una noche muy especial, porque yo era muy joven y eso me dio notoriedad en ese momento. Era un partido bastante importante, era la final de un provincial para ir a jugar el Nacional. Fue una gran alegría, sin dudas”, remarcó el hoy entrenador del Pirata.

Eran definiciones particulares, distintas a las de este momento. Así lo explicó Constantín: “Son raras las series. La primera serie se patearon cinco penales, en el arco de la tribuna de los Piratas. Yo tapé uno solo, y nosotros erramos uno. Cambiamos de arco, cosa rara, y se pateó otra serie de cinco. Nosotros erramos dos nomás, cuando yo metí el cuarto ya habíamos ganado. Pero el árbitro quiso que se patearan todos los penales, porque había habido un problema en un Belgrano – Instituto por un penal que faltó patear. Y yo tapé el cuarto cuando ya estaba definido, por eso sumé cinco”.

“En el cuarto penal, ganamos. El último penal fue pateado por una cuestión reglamentaria”, resumió. Y añadió: “Yo pateé el que nos clasificó, el cuarto. Y después hicieron patear el quinto, que atajé también, pero si lo metían era lo mismo. Porque uno dice ‘si atajé cinco, nosotros erramos mucho’, pero no fue así”.

Por último, cerró con una curiosidad más, como si fuera poco: “El único que me metió el gol fue el arquero del otro equipo. El único que convirtió fue él. Es una historia rara”.

Mariano Perusso

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