Primera Nacional | Atlanta

“Tenía una alegría enorme”

Eugenio Olivera, el gran héroe del empate entre el Bohemio y Temperley, habló en exclusiva con Solo Ascenso y aseguró: “El esfuerzo que uno hace, mucha gente no lo ve”.

Publicada: 29/11/2019 12:08:08

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Atlanta perdía 1-0 con Temperley y Alejandro Orfila sacó un as de la manga. Un tal Eugenio Olivera. Un pibe. Decían que andaba bien en la Reserva y que venía entrenando bien con la Primera. Había hecho inferiores en Independiente y era entrerriano. Eso era todo lo que se sabía del juvenil de 19 años que entró con la 18 en la espalda a jugar los últimos 20 minutos. La historia no podía terminar de otra manera: el delantero puso el empate agónico con el agregado de que el Bohemio tenía en el arco a un jugador de campo, y la historia terminó siendo épica.

La figura de la noche habló en exclusiva con Solo Ascenso luego del partido. Aún afectado por lo que había logrado en el empate, comenzó: “Muy agitado todavía, por el gol y tantas emociones juntas. Pero tranquilo, tranquilo por suerte”. Olivera es tranquilo. Habla aplomado, como si no se tratara de un adolescente. Como sabiendo que su camino recién empieza y sin querer nublarse por los flashes del momento.

“Tenía una alegría enorme. Fue un momento inolvidable que no me voy a olvidar nunca más”, sintetiza sobre el momento en que vio la pelota cruzar la línea. Su aparición en el primer equipo fue una novedad para todos, pero no para él: “Siempre me mantenían al tanto, me decían que mantuviera el ritmo, que se me podía dar… hasta que se dio”.

Y cuando se dio, se dio con todo, porque no sólo debutó, sino que lo hizo de la mejor manera. Sobre el gol, recuerda, con esa mezcla de sorpresa y crudeza de quien todavía no se cree lo que pasó: “Confiaba en que Luis (López) la iba a peinar. Y no sé qué pasó, giré, por reacción instantánea. Y veo que el defensor duda, el arquero duda, y yo no dudé y la punteé. Y las canchas, por el sistema de riego, tienen las áreas como levantadas. La pelota se iba abriendo y yo decía ‘no, no, no’. Y cuando la gente empezó a gritar el gol despacito… fue hermoso”.

El momento del debut es un hito en la carrera de cualquiera. Pero Olivera anda con pie de plomo. “Tranquilo. Por suerte soy muy tranquilo. Obviamente una alegría, se me cumplió un sueño, pero muy tranquilo”, reitera. Como si hiciera falta darse cuenta de que es un tipo sumamente centrado. Y maduro, un poco a la fuerza. “Siempre viví solo, desde que vine de chico, a los 14 o 15. Y sí, estoy solo en Capital, vivo solo”.

Pero toda su paz interior encuentra una grieta por la que se filtra su emotividad, esa que afloró en el vivo de TyC Sports y se hizo viral. Al respecto, explica: “Se me cruzaron muchos momentos, no es fácil llegar. Sobre todo el esfuerzo que hicieron mis viejos. El esfuerzo que uno hace, estar lejos de su familia. Yo hace 9 meses que no me voy. No es fácil ni cocinarte. Estar lejos de la familia. El esfuerzo que uno hace mucha gente no lo ve. Sólo ven cuando vos salís a la cancha y nada más”.

Estar lejos de casa provocó también que su familia viera todo en su Concordia natal. “Ellos lo vieron todo por la tele. Hablé después del partido, pero estaba muy emocionado y casi no podía hablar. Podía decir palabras nada más. Me felicitaban, y me decían que estaban muy contentos. Yo no podía hablar y ellos eran muchos, me decían que me tranquilice y que después hablábamos bien”, admite.

Eugenio Olivera logró mucho, pero sabe que aún no logró nada. El pibe que se salvó de que lo pelaran en la primera concentración gracias a la premonición de Tecilla, que dijo que si hacía un gol lo perdonaban, no pretende salvarse de eso el próximo año y tiene clara su meta: “Ahora a mantener esto. Nadie te regala nada. Ojalá pueda hacer pretemporada con primera, ese es mi objetivo”.

Mariano Perusso

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