Necesita una brújula

El Bohemio volvió a jugar mal durante gran parte del partido y cayó derrotado por 3-1. Hace cuatro que no gana, sumó uno de los últimos 12 y Fernando Ruíz se fue sin declarar.

Publicada: 22/04/2017 15:56:12

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De mal en peor. Atlanta está perdidísimo y este sábado ante Barracas no fue la excepción. Un 3-1 quizá exagerado, pero una derrota que merecieron los de Fernando Ruíz. El entrenador insistió en un planteo que no está dando resultados hace rato, y encima con nombres que llamaron mucho la atención. La impresión, desde afuera, es que no se sabe bien hacia dónde va.

Y en la cancha se vio lo mismo. De arranque, Barracas golpeó con un gol cuando Atlanta se quería acomodar. Cuando se adelantó en la cancha, tuvo dos, una con Nakache que no pudo afirmarse bien y un derechazo de Pons que dio en el travesaño. Pero el equipo seguía cortado y sin ganar el medio, con Rodríguez tratando de tapar los agujeros que le quedaban por todos lados. Para colmo, cada ataque del local era medio gol.

En el complemento, Otermín pasó de central y Gogna de cuatro, adelante, Pons fue por afuera y Dorregaray de 9. Duró poco: misteriosamente el DT dejó pasar cinco minutos y metió el primer cambio: Ramos por Dorregaray. Pero nada cambiaba. Hasta que entró el Gurí, quien en menos de un minuto demostró que es irrisorio que esté en el banco de suplentes. Segundos le tomó para generar el penal que Pons cambió por gol.

Y Atlanta fue, y tuvo para ganarlo con un cabezazo en el travesaño, pero el equipo estaba roto. De mitad de cancha para adelante, había ganas, pero falta de ideas. De mitad de cancha para atrás no quedaba nadie. El medio estaba en ataque, Jeréz era un carrilero más. Se jugó al golpe a golpe, y en el estado grogui en el que está el Bohemio, fue para Barracas, que en 4 minutos metió dos goles y se llevó el partido.

Parece ser el final de una ilusión que hace un mes revolucionaba Villa Crespo. Atlanta pasó de estar a un punto de Morón, a estar a 7 con un partido más. Jugando mal. Sin ideas, sin el nivel que mostró a comienzos del torneo. Perdiendo puntos con rivales inferiores y encarando una racha que si querés ascender es inviable: cuatro sin ganar, un punto de los últimos 12, dos goles a favor y 8 en contra.

El equipo, más allá de haber perdido volumen de juego -producto quizá del cambio de esquema que terminó con el trabajo de los volantes por afuera-, parece haber perdido el rumbo y el fuego interior. A Atlanta se le cayó la moral, y levantarla cuesta mucho más que un par de cambios tácticos. Para colmo, por segunda vez consecutiva, Ruíz se fue sin declarar.