Primera Nacional | AFA

Rompieron el fútbol

Que vuelve, que no vuelve. El fútbol, en su estado más crítico y con un panorama nada optimista. Un repaso por los hechos más insólitos de este tiempo y sin grandes cambios.

Publicada: 08/03/2017 17:09:49

Lecturas: 3679

Volvió la Primera D. La categoría "amateur", si es que se la puede llamar así, entre los viáticos o los sueldos en negro que perciben los protagonistas. Qué alivio. Después de más de 70 días volvió a rodar la pelota. Podemos impregnar nuestros ojos de fútbol viendo al León Verde, dicen que Ituzaingó tiene un futuro que promete y juega contra Puerto Nuevo, como local. Pero juega el miércoles a la tarde. A las 17. Bueno, pero también está el equipo de Sergio Geldstein, un Victoriano Arenas que innova en sus entrenamientos con filmaciones y drones que capturan los movimientos del equipo. Martes a las 17 en el estadio de Liniers.

Dicen que los hinchas de la última categoría metropolitana ya están acostumbrados a que sus equipos jueguen los días de semana. Por eso las canchas siempre están vacías. En muchos casos el espectáculo deportivo termina siendo nada más que un simple desafío entre dos equipos, 18 jugadores, dos cuerpos técnicos, al menos 40 familias que se preocupan por un resultado. El papá, la mamá, los hermanos, los primos del jugador lo siguen por internet. Por Twitter. La mayoría trabaja para llegar a fin de mes.

Desde el Ministerio de Trabajo (si, justo) llega la noticia más esperada por los amantes del fútbol. Apareció la plata que decían que no iba a aparecer y Futbolistas Argentinos Agremiados anuncia que levantó el paro. El fin de semana se reanuda el torneo del resto de las categorías. Parece hace 10 años, pero el pasado viernes, Ferreiro, el dirigente de Nueva Chicago, decía en medios nacionales que el fútbol estaba quebrado, que si los jugadores no querían jugar era respetable, pero que tenían que entender que no había plata y que tampoco la iba a haber. El mismo hombre se pasea por canales de televisión opinando de cómo debería actuar el resto. Lo que deberían aceptar los jugadores. Y mientras tanto, su nombre aparece en una supuesta lista para una nueva supuesta dirigencia de AFA. Los jugadores de SU CLUB piden cobrar. Aseguran que les deben noviembre, diciembre, enero y febrero. Incluido el aguinaldo.

El fútbol está manejado por dirigentes. Vos sos dirigente. Vos le debés a los jugadores de tu club. Si el fútbol quebró, sos actor protagonista de la quiebra. A lo mejor vuelve el fútbol y nos olvidamos de que, los que pincharon la pelota, tienen la valentía de hablar de los demás, la moral de calificar medidas de protesta que ellos mismos adoptaron tiempo atrás, interrumpiendo torneos a medio jugar. Pero este fútbol argentino todo lo puede: desde un 38 a 38 en una elección con 75 votantes, hasta que un dirigente como Moyano, de Independiente, critique un paro. Sí, el convocante de los paros más importantes de la última década del país, aquel que "protege" (o "protegió") tanto a los trabajadores, en contra de un paro. El fútbol argentino de todo es posible.

Pero vuelve el fútbol. Muerto, pero vuelve. Como si fuera un fantasma. Y hasta quizás en unos minutos la noticia es vieja y deja de volver, y lo vuelven a matar. El problema es que aunque "vuelva", no revive. Porque todo sigue igual. El dirigente que no le paga a sus empleados hace más de cuatro meses seguirá decidiendo y dando clases de moral. Y "volverá" para jugar una vez un fin de semana, una vez un día hábil, con suerte, o quizás sólo para la máxima categoría. Con todo su derecho el hincha se expresa en las redes pidiendo que su equipo juegue en un día lógico, pero los reyes del sin criterio, encima, tienen la valentía de responder. Y un dirigente de los del grondonismo, de aquella historia nefasta que hoy estamos pagando, y también de la actualidad, contesta: "Claro que se va a jugar los lunes, martes y miércoles, con el poco tiempo que queda para que terminen los torneos...". Seguramente él pueda estar, si no trabaja, o sí lo hace siendo el inspector del inspector del inspector en una empresa pública, en la que cobra con lo que pagan de impuestos todos los argentinos, a los mismos a los que está desafiando y a los que les llevó a quebrar, quizás, su principal fuente de entretenimiento cuando, ellos sí, terminan su jornada laboral.

Vuelva o no, ya lo mataron. Lo rompieron.

Andrés Piccione

comentarios

notasrelacionadas

notasanteriores

másleídas